viernes, 21 de octubre de 2011

MOTIVAMOS A LOS NIÑOS PARA QUE LEAN


Daniel Penac en su libro:”Como una novela”, dice que el verbo leer no admite el imperativo. Si a un niño o a una niña se le obliga a leer, estará sentado delante del libro, pero con frecuencia su pensamiento se escapará e irá a recorrer otros sueños más sugerentes.
    Los niños pueden aprender a leer con diferentes métodos, pero el gusto por la lectura es algo más profundo, vinculado a la vida y al afecto.
    Se empieza a activar el gusto por la lectura, desde el momento en el que los niños asocian libros y canciones con el amor del padre y de la madre. Esto ocurre cuando a los niños pequeños, los padres los sientan en sus rodillas o los ponen en su regazo y les cuentan cuentos o les cantan para que se duerman.
    Si los padres vuelven los ojos hacia su niñez, recordarán con cariño algunos de los cuentos que les narraban sus padres o abuelos. Estos mismos pueden contárselos a sus hijos y verán que se produce algo mágico, dado que el alma de los niños captará las agradables sensaciones que quedaron grabadas en ellos desde entonces en relación con los cuentos.
    Hay cuentos en CD, en DVD..., que pueden escuchar los niños y las niñas, pero sabiendo que no pueden sustituir a las palabras con corazón dichas por un padre o una madre.
    Hasta los siete años va bien leer y cantar a los niños unos minutos cada día. Como ellos no dominan plenamente la lectura, los padres, las madres y el profesorado les haremos de modelo para que incorporen el ritmo, la poesía o la música.
    En el mercado hay buenos y malos libros, por eso es básico que los libros que les facilitemos los hayamos visto antes y respondan a unos criterios educativos. En la lectura, tampoco vale todo.
    Es recomendable ir a las librerías, a sesiones de cuentacuentos…, y que los niños vean a sus padres con libros y disfrutando con la lectura. Probablemente ellos tenderán a imitarlos y la lectura podrá convertirse en un hábito y en un placer.
    Un libro puede ser un buen regalo, pero como los libros son caros, necesitamos hacer uso de las bibliotecas. Es importante que tengan libros variados y repartidos por distintos lugares de la casa, incluso en el baño, dado que es uno de los sitios dónde más se lee al estar libre de televisión y de ordenador.
    Al tratarse de la lectura por placer, necesitamos permitirles a los niños: dejar un libro si no les ha “enganchado, saltarse páginas o, simplemente, ojearlo. Si les forzamos a terminar un libro que no les ha gustado, estaremos fomentando, justo lo contrario a lo que pretendemos.

                                                   Pepe López Sánchez, Profesor del Centro


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